Huellas complicadas
Hay una serie de especies que a simple vista tienen huellas muy
distintas entre si y se supone que en el campo no habrá problema en
identificarlas, pero a la hora de la verdad juegan muchos factores en
contra de una correcta clasificación. El primer factor es el tipo de
sustrato y su estado en el momento de la impresión. Otro factor se
debe a que las manos son por norma más grandes y más anchas que los
pies, es de suponer que es debido a que son los miembros que reciben
el impacto al correr. Un ejemplo de este segundo factor son las
huellas del perro y el zorro, las del primero son más redondeadas y
las segundo más alargadas, pero un pie de perro es menos redondeado
que la mano y la mano del zorro es más redondeada que el pie, así
el pie de perro (más alargado) se puede confundir fácilmente con la
mano del zorro (más redondeada)
Otro factor es la similitud de las huellas entre especies,
especialmente teniendo en cuenta que a menudo las huellas que se ven
en el campo no están completas. De esta forma se pueden confundir
con mucha facilidad las huellas de la jineta y el gato o las de la
garduña y el meloncillo.
Cada especie tiene sus propias características morfológicas,
resultando el tamaño poco significativo entre algunas, por ejemplo
entre el gato doméstico y la jineta, el meloncillo y la garduña o
determinadas especies de perro con el zorro. Aquí adquieren
importancia las características que les diferencian tanto
morfológicas como en la relación entre distintas medidas de la
huella.
En
la mayoría de las ocasiones las huellas que aparecen en el campo son
incompletas en el caso de los vivérridos y mustélidos, de tal forma
que suele faltar el quinto dedo (2), un lóbulo pequeño anexo a la
almohadilla metacarpiana entre esta y el talón (almohadilla
carpiana) en la parte interior (3), la pequeña almohadilla a modo de
talón en la parte exterior (4) y a menudo las uñas (1).
Pero en otras ocasiones aparecen lo que ocurre es que aparecen elementos que no debieran estar ahí, así que un perro o un gato marcan el quinto dedo o la jineta y el gato marcan las uñas.
Por lo tanto todas las huellas estudiadas y comparadas en este artículo lo son sin contar con estos elementos ya que suelen faltar y por lo tanto carecen de interés para clasificar huellas imperfectas.
Pero en otras ocasiones aparecen lo que ocurre es que aparecen elementos que no debieran estar ahí, así que un perro o un gato marcan el quinto dedo o la jineta y el gato marcan las uñas.
Por lo tanto todas las huellas estudiadas y comparadas en este artículo lo son sin contar con estos elementos ya que suelen faltar y por lo tanto carecen de interés para clasificar huellas imperfectas.
Diferencias morfológicas
Cánidos versus felinos
Veamos esas diferencias clave. En principio resultan evidentes en buenas impresiones, pero el problema se presenta ante impresiones donde faltan detalles y si, además, la impresión no es buena.
Los dedos de los felinos son ovalados mientras los de los cánidos son triangulares, esto se aprecia muy bien en huellas de buena calidad.
En los felinos el eje de los cuatro dedos
es paralelo al eje de la huella, en los cánidos los dedos laterales
divergen significativamente, especialmente los de las manos, en los
pies pueden llegar a ser casi paralelos.
La parte delantera de la almohadilla metacarpiana es simple en los cánidos y bilobulada en los felinos.
Dentro de los cánidos las uñas del zorro son en la mayoría de las
ocasiones significativamente más finas que las del perro y en limo
fino el zorro marca muy bien el pelo que recubre sus patas.
La almohadilla metacarpiana tiene tres lóbulos claramente definidos, con el central mucho más grande que los laterales, en el perro y los
felinos, en el zorro apenas se aprecian apareciendo un conjunto en
forma de triángulo. Cuando la impresión es superficial en el perro y y los felinos en vez de tres lóbulos suele aparecer una línea recta.
Felinos/mustélidos/vivérridos
Los dedos centrales del gato y la jineta aparecen casi en contacto
con la almohadilla metacarpiana, los del resto separados en mayor o
menor medida.
La parte trasera de la almohadilla metacarpiana aparece en las
huellas trilobulada en el caso del perro y el gato o recta si no está
bien definida, siempre recta en el caso del zorro. En el resto
aparece un entrante apreciable en la inmensa mayoría de las
ocasiones.
La impresión de las huellas de la garduña y el meloncillo se llegan
a parecer mucho aunque las extremidades sean muy diferentes
morfológicamente. Cuando la impresión es sutil los dedos de la
garduña aparecen significativamente más separados de la almohadilla
plantar que los del meloncillo. Cuando la impresión es más profunda
en la garduña aparece casi siempre, incluso cuando la impresión no
es muy profunda, el quinto dedo (2) y el lóbulo pequeño anexo a la
almohadilla metacarpiana (3), el meloncillo no tiene el pequeño
lóbulo y el quinto dedo lo marca muy rara vez y significativamente
retrasado. En una buena huella la garduña marca el talón (4) cosa
muy rara de ver en el meloncillo y por el contrario el meloncillo
marca los dedos completos hasta la almohadilla plantar, cosa que
nunca se ve en la garduña.
Impresión perfecta Intermedia Sutil
Garduña
mano
Meloncillo
mano
Diferencias porcentuales
Las medidas reales no tienen interés para diferenciar las huellas de
estas especies, aunque la diferencia de longitud entre los dedos del
gato y la jineta, a tamaño similar de huella, es muy significativa,
aunque esto a veces no está claro debido al sustrato.
Lo
que sí interesa es la relación entre la anchura y la longitud (A/B)
de la huella y el porcentaje que representa en la longitud total la
medida entre la almohadilla metacarpiana y la punta de los dedos
(A/C).
Mano de Lola, raza Beagle
El porcentaje de A/B entre cánidos y felinos es similar mientras
divergen significativamente en A/C, siendo C el 64% de la longitud
total de la huella en cánidos, el 48 en gato y el 52 en lince. Entre
el perro y el zorro las diferencias entre A/C, 0,53 y 0,64
respectivamente y A/B, 0,97 y 0,84 respectivamente, son
significativas, pero esto son medias de huellas indeterminadas, al
comparar un pie de perro, más alargado que la mano, con una mano de
zorro, más redondeada, los porcentajes se solapan o casi. En este
caso los datos unidos a las diferencias morfológicas nos permitirán
una correcta identificación casi siempre.
Otras dos especies con huellas muy similares en la que este
porcentaje puede resultar especialmente definitivo para una correcta
clasificación son la garduña (0,83) y el meloncillo (1,1), por lo
tanto la huella del meloncillo es más ancha que larga, debido a que
la distancia entre la almohadilla metacarpiana y la punta de los
dedos es significativamente menor.
Todos estos detalles que les diferencian dependen en gran medida del
sustrato: que sea plano o inclinado, limoso o arenoso, que esté más
o menos húmedo,… Por lo tanto siempre hay un porcentaje de huellas
que no resultan nada fáciles de diferenciar y en este sentido la
experiencia es la que aporta una serie de sutilezas muy difíciles de
explicar.
Todos las huellas de este artículo han sido dibujadas a partir de
originales.
El rastreo es una metodología que poco a poco se abre paso, si bien
es cierto que llevar el rastreo a unos datos que se plasmen en una
gráfica y sean estadísticamente adecuados es difícil, no menos
cierto es que el rastreo realizado por naturalistas preparados es o
debería ser la principal herramienta de trabajo con muchas especies
de mamíferos y no solo para conocer su presencia/ausencia, el
rastreo aporta mucho más que eso. En los últimos años y gracias a
la labor de grupos o empresas como CiberTracker, SERAFO, Muskari o
José Carlos de la Fuente el rastreo adquiere una nueva dimensión
para bien del estudio de los mamíferos.